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¡Ánimo!

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No todo es tan malo como parece. 10 razones para alegrarte de vivir en este tiempo. 

El mundo jamás había sido un mejor lugar para vivir”, afirma el escritor científico británico Matt Ridley, “y va a seguir mejorando”. Actualmente, en un planeta tan agobiado por la crisis económica y afligido por la pobreza, las enfermedades y los conflictos armados, esas palabras constituyen una afrenta y una provocación en algunos círculos. Los críticos de Ridley lo han tachado de ser un “negacionista” y un “cínico”, y lo han acusado de “manipular la verdad” por sus opiniones acerca del cambio climático y el mercado libre. Con todo, Ridley, de 54 años y cuyo libro más reciente se titula El optimista racional, se mantiene en sus trece. “No es una locura creer en un futuro feliz para la gente y para el planeta”, dice. Este hombre ha sido corresponsal de prensa, zoólogo, economista y financiero, y defiende su concepción de la vida color de rosa. “Las personas creen que estoy chiflado por afirmar que el mundo seguirá mejorando, pero no puedo evitarlo”, añade. Siga leyendo para conocer sus argumentos. ¿Es un tipo muy lúcido, o un charlatán? Decídalo usted.

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1) Estamos mejor actualmente

En comparación con hace 50 años, cuando yo tenía cuatro, el ser humano ahora gana casi tres veces más dinero (en promedio y con ajuste por inflación), ingiere tres veces más calorías, ve morir menos hijos (dos tercios menos) y tiene una esperanza de vida 33 por ciento mayor. De hecho, es difícil encontrar una región del planeta que esté peor ahora que entonces, a pesar de que la población mundial ha aumentado más del doble durante ese período.

2) La vida urbana es benéfica

Los habitantes de las ciudades ocupan menos espacio, consumen menos energía y tienen menos impacto en los ecosistemas naturales que la gente del campo. Las ciudades del mundo hoy albergan a más de la mitad de la población humana, pero ocupan menos del tres por ciento de la superficie terrestre. El crecimiento urbano tal vez repugne a los ambientalistas, pero vivir en el campo no es la mejor forma de cuidar la Tierra. Lo mejor que podemos hacer por el planeta es
construir más rascacielos.

3) La pobreza se está abatiendo

Los ricos se vuelven más ricos, pero a los pobres les va aún mejor. Entre 1980 y 2000, los pobres duplicaron su consumo. Los chinos son 10 veces más ricos y viven unos 25 años más que hace medio siglo. Los nigerianos son dos veces más ricos y viven nueve años más. El porcentaje de la población mundial que vive en pobreza extrema ha descendido en más de la mitad. La ONU calcula que la pobreza se redujo más en los últimos 50 años que en los 500 anteriores.

4) El comercio global enriquece la vida

A las 9 de la mañana ya me he afeitado con una máquina estadounidense; desayunado pan de trigo francés untado de manteca neozelandesa y mermelada española; bebido té de Sri Lanka; vestido con ropa de algodón de la India y lana australiana; puesto zapatos de piel china y caucho de Malasia, y leído un diario impreso en papel finlandés con tinta china. He consumido fracciones minúsculas del trabajo productivo de cientos de personas: esto es la magia del comercio y la especialización. La autosuficiencia equivale a pobreza.

5) Los buenos tiempos de antes no lo fueron tanto

Algunas personas sostienen que en el pasado existían unas condiciones de sencillez, tranquilidad, sociabilidad y espiritualidad que ahora se han perdido. Esta nostalgia es más común en la gente rica, ya que es fácil deshacerse en elogios respecto a la vida de hace 50 o 60 años cuando no se tiene necesidad de usar fosas sépticas. El experimento más grande de la historia para adoptar un estilo de vida bucólico y arraigado en la tierra se conoce como la Edad Media.

6) La generación actual es la más afortunada

Esta generación ha disfrutado de más paz, libertad, tiempo de ocio, educación, atención médica y posibilidad de viajar que cualquiera otra a lo largo de la historia. Pese a ello, sucumbe al pesimismo a la menor provocación. Los consumidores no celebran su inmensa gama de opciones y, de acuerdo con los psicólogos, dicen sentirse “abrumados”. Cuando voy al supermercado de mi barrio, no veo personas llorando porque se ven obligadas a elegir entre tantas opciones. Veo personas que eligen lo que quieren.

7) Las grandes invenciones e ideas siguen llegando

Cuanto más prosperamos, tanto más podemos prosperar. Cuanto más inventamos, más invenciones se hacen posibles. El mundo de los objetos suele estar sujeto a la ley de los rendimientos decrecientes; el campo de las ideas, no: el intercambio de ideas, que aumenta todo el tiempo, produce el incremento constante de la tasa de innovación en el mundo moderno. Ni siquiera existe la posibilidad teórica de agotar nuestro suministro de ideas, descubrimientos e invenciones.

8) Podemos resolver todos nuestros problemas

Si uno dice que el mundo seguirá mejorando, lo consideran un loco; si dice que la catástrofe es inminente, puede esperar que le otorguen el Premio Nobel de la Paz. Las librerías están atiborradas de pesimismo; la radio y la televisión anuncian solo la ruina. No recuerdo ninguna época en que alguien no me dijera que el mundo podía sobrevivir sólo si renunciaba al crecimiento económico. Sin embargo, el mundo ha seguido adelante. La especie humana se ha convertido en una máquina que resuelve problemas: los soluciona modificando sus comportamientos. El verdadero peligro proviene de frenar el cambio.

9) Los optimistas tienen razón

Durante 200 años, los pesimistas han acaparado los titulares de los diarios, pero los optimistas han tenido la razón muchas más veces que ellos. Hay grandes intereses en el pesimismo. Ninguna institución altruista ha recaudado dinero afirmando que las cosas van a mejorar. Ningún periodista ha escrito un reportaje de primera plana que anuncie que un desastre es poco probable. Los grupos de presión y sus clientes en los medios informativos incluso buscan en las estadísticas más alentadoras atisbos de desesperanza. No le hagas caso: ¡atrévase a ser un optimista!

10) Comprar fomenta la innovación

A pesar de que muchas personas todavía viven en la pobreza extrema, la generación actual tiene acceso a una mayor cantidad de calorías, vatios, caballos de fuerza, megahertzios, gigabytes, metros cuadrados, millas de vuelo, alimentos por hectárea, kilómetros por litro de combustible y, desde luego, dinero que cualquier generación anterior. Y esto continuará mientras usemos todas estas cosas para producir otras. Cuanto más nos especialicemos e intercambiemos, mejor será nuestra vida.

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