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Sedes olímpicas

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Hoy en día, muchas ciudades luchan por organizar unos juegos olímpicos.

¿Por qué las competencias no siempre se llevan a cabo en Grecia?

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Cuando el primer Congreso Olímpico Internacional decidió en 1894 revivir los Juegos, el Barón de Coubertin deseaba que se efectuaran en París. De Coubertin estaba ansioso por restaurar no solo los Juegos, sino también el mermado prestigio nacional de Francia.

Los delegados de otros 11 países tenían planes diferentes: con el apoyo de 21 países más, interesados en seguir la tradición, propusieron que los Juegos Olímpicos se llevaran a cabo en Grecia. Los griegos estaban aún más deseosos de que esto sucediera y adelantaron la fecha de la restauración, de 1900 a 1896.

Pero los griegos estaban mal preparados y muy cortos de presupuesto. Se intentó transferir los Juegos a Hungría. De Coubertin, preocupado por evitar un fracaso, fue a Grecia y logró apoyo. Se reunieron fondos para restaurar el estadio que se había construido en el año 300 antes de Cristo, y el domingo de Pascua de 1896 renacieron los Juegos Olímpicos.

Cuando el Congreso Internacional se reunió en 1897 para planear la siguiente Olimpiada, los delegados querían que se llevara a cabo otra vez en Grecia. De Coubertin alegó con éxito que en 1900 los Juegos debían celebrarse en París.

Los franceses, ocupados con la Exposición Universal de París, mostraron poco interés. Los Juegos, que incluyeron pesca en el río Sena y partidos de cricket entre Inglaterra y Francia, fueron un fracaso.

Las Olimpiadas de 1904 en San Luis no fueron mejores; de nuevo una feria mundial las opacó. De Coubertin no viajó a Estados Unidos para asistir al evento y Francia no mandó ningún equipo. Vislumbrando una oportunidad, los griegos intentaron obtener otra vez el derecho de efectuar los Juegos. Sugirieron que cada cuatro años, a partir de 1906, se celebraran juegos interinos en Grecia. Veintidós países enviaron competidores a los Juegos de Atenas de 1906, pero no hubo reconocimiento oficial y la idea fue abandonada.

Hoy día, las ciudades del mundo luchan por el honor de organizar un festival cuya importancia y tamaño aumenta gracias a la televisión.

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