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¿Regresarán los mamuts?

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Con la ingeniería genética se logró estudiar los genes de estos animales.

¿Regresarán los mamuts?

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El mamut, el ave dodo y el quagga son especies hoy extintas. Pero las modernas técnicas de ingeniería genética han permitido estudiar la composición de los genes de estos animales, e incluso abren perspectivas aparentemente bien fundadas para pensar en darles vida de nuevo.

Para hacerlo, los científicos necesitan una muestra del modelo genético que les permita recrear la criatura completa. Dicho modelo está contenido en el ácido desoxirribonucleico (ADN) de las células. Sólo puede obtenerse de la carne que de alguna forma se hubiera conservado desde los tiempos en que dicha criatura se extinguió.

De la mayoría de las especies extintas sólo quedan fósiles, que no han dejado rastros de su tejido original. Sin embargo, algunas criaturas como el mamut ?peludo pariente del elefante que se extinguió hace unos 12.000 años? se han encontrado congeladas en Siberia, Alaska y el norte de Canadá. Al desenterrarlas, pudo descubrirse que su carne aún contenía restos de ADN.

El primer paso para reproducir un ejemplar vivo sería extraer el ADN y copiarlo. Esto ya se ha hecho en el caso de varias especies extintas, como el mamut y el quagga. Pero los experimentos no tendían a reconstruir las criaturas, sino a estudiar el ADN.

Mitad cebra, mitad caballo

Por ejemplo, de algunos trozos de piel de quagga que se conservan en el Museo de Historia Moderna de Maguncia, Alemania, se tomó ADN para reproducirlo. El quagga, descrito por los primeros exploradores de la Provincia del Cabo en África del Sur como «mitad cebra, mitad caballo», comenzó a escasear cuando los colonizadores cercaron sus propiedades y establecieron su ganado para asegurarse su propia subsistencia.

La cacería no controlada acabó con los pocos ejemplares de la citada especie que quedaban en la selva, aunque algunos sobrevivieron en zoológicos. El último de ellos murió por causas naturales en el Zoológico de Amsterdam en 1893. Al disecar el ejemplar de Maguncia quedaron en la piel fragmentos de músculos y grasa, de los cuales se extrajeron secciones de ADN que luego se injertaron en el ADN de una bacteria. Cuando ésta se desarrolló, pudo copiarse el ADN extinguido.

El ADN demostró que el quagga era una subespecie de la cebra, lo que hizo pensar que sus características podrían encontrarse todavía en las cebras actuales. Esta especulación inspiró el intento de volver a producir el quagga mediante un procedimiento de cría selectiva. Reinhold Rau, del Museo Sudafricano de Ciudad del Cabo, capturó ocho cebras que tenían pocas bandas en sus cuartos traseros, como el quagga.

Rau y sus colegas las criarán selectivamente para tratar de reproducir las bandas de la piel del quagga. «La estructura ósea de los dos animales, hasta donde se sabe por los esqueletos, es idéntica incluso en los detalles mínimos», dice Quintus Hahndiek, miembro del grupo de investigación. «Algunas cebras sólo tienen que perder unas cuantas bandas para parecer quaggas.»

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