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La difícil vida en las cumbres

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Para los insectos, las montañas no son buenos hogares: escasea el alimento y hace frío; así, los artrópodos se desarrollan más lentamente

¿Es difícil la vida en las cumbres?

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Por encima del límite forestal la temperatura de la superficie del suelo puede ser de más de 38°C al mediodía, y descender por debajo del punto de congelación en la noche, fluctuación verdaderamente difícil para las plantas, que además deben hacer frente a un acortamiento de la estación de crecimiento a esas altitudes. Hay un tipo de pasto en el que, para ganar tiempo y dar una ventaja a la generación siguiente, las semillas germinan mientras están aún en la planta madre.

Para los insectos, las montañas elevadas no son hogares acogedores: a causa de la escasez de alimento y del frío, los grillos y demás artrópodos se desarrollan a un ritmo mucho más lento. El viento mismo puede ser tanto una ayuda como un obstáculo. Para no ser arrastradas por él, las mariposas revolotean pegadas al suelo y muchos insectos de montaña han prescindido de las alas. En cambio, las deliciosas mariposas Apolo tienen las alas proporcionalmente más grandes que las de otras mariposas y se dejan llevar por el viento en vez de pegarse al suelo. Su oscuro color las ayuda a permanecer calientes y activas.

En las cumbres de las altas montañas el aire está enrarecido y contiene poco oxígeno. Donde viven las llamas, parientes andinas del camello, la presión del aire y la proporción de oxígeno son tan bajas que no puede arder un cerillo; sin embargo estos animales se han adaptado: para aumentar su capacidad de oxigenación, la sangre contiene una proporción extraordinariamente alta de glóbulos rojos.

¿Por qué son aterciopeladas algunas plantas?

Un fino vello cubre los tallos, hojas y sépalos de muchas flores alpinas, y gracias a él pueden conservar el calor -como los mamíferos cubiertos de pelo- y mantener la temperatura interna por encima de la del aire. El vello de los sauces que crecen en la nieve es de dos tonos: translúcido en la parte alta, lo que permite que el sol penetre, y oscuro en la base, para absorber el calor irradiado. Algunas plantas alpinas tienen un vello enmarañado que impide el paso del viento y evita la sequedad excesiva que suele ser un serio problema en las montañas. En cambio, a las plantas que viven en el Himalaya y reciben demasiada agua de las lluvias monzónicas, el vello les sirve de cubierta impermeable.

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