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Instinto y genes en la construcción de nidos

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Cómo la información genética influye en los actos cotidianos de distintas especies.

¿Actos confusos en los pájaros híbridos?

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Periquitos confundidos

Aunque el periquito anaranjado y el periquito de Fischer son especies emparentadas y pertenecen a la familia del papagayo africano, difieren extraordinariamente en la manera de transportar los materiales para construir el nido.

El periquito anaranjado, originario del suroeste de África, lleva varias ramas entre las plumas, en cada viaje. En cambio, el periquito de Fischer, habitante de Kenia y Tanzania, transporta una rama a la vez, en el pico. En libertad, ambas especies viven muy lejos una de la otra como para aparearse. Pero en cautiverio lo hacen sin ningún problema, y los híbridos resultantes son seres muy confundidos.

Las hembras tienen muchas dificultades para construir los nidos. Las ramas se les caen de las plumas, y solo después de unos dos años de práctica aprenden a transportar el material de construcción en el pico. Aun así, primero hacen el intento de colocar las ramas entre el plumaje, y sufren todas las dificultades que ello implica. Esto demuestra que muchos aspectos del comportamiento están controlados por los genes. La naturaleza lo ha dispuesto así.

Avispas constructoras

Aunque el nido de una avispa alfarera parece el resultado de un cuidadoso planeamiento, en realidad es construido completamente por instinto.

Así lo demuestra la incapacidad de la avispa para adaptarse a los cambios de su entorno. Jean Henri Fabre, naturalista francés del siglo XIX, observó a una avispa construir su nido con lodo, sobre la resplandeciente pared blanca de una casa, y cubrirlo después con musgo y ramas, en lo que invirtió varios días de trabajo arduo.

La construcción instintiva de un nido puede parecer una desventaja, pero es vital para una avispa alfarera poseer esta habilidad innata, pues ella no tiene la oportunidad de aprender de otras avispas. Una vez que termina su nido, deposita los huevitos y atrapa larvas de insectos para ponerlas junto a ellos, como alimento para sus descendientes. Después, sella el nido y se retira. La larva de la avispa es abandonada para que se desarrolle por su propia cuenta. Cuando completa su metamorfosis, sale del nido convertida en adulta y lista para vivir una existencia solitaria.

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