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Contaminantes caseros y enfermedades pulmonares en el trabajo

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La contaminación del aire dentro de las casas u oficinas muchas veces es mayor que en el exterior. Te contamos por qué.

¿Está uno expuesto a contaminantes dentro de la casa?

La contaminación del aire dentro de las casas muchas veces es mayor que afuera. De acuerdo con un estudio hecho en los Estados Unidos sobre la calidad del aire en 40 casas de tipo promedio, se encontraron en la atmósfera doméstica contaminantes tóxicos como aldehído fórmico, bióxido de azufre, asbestos, plásticos, solventes, plaguicidas, cloroformo, benceno, monóxido de carbono y humo. Entre los problemas médicos serios que pueden presentarse si se inhalan algunas de estas sustancias durante un tiempo prolongado se cuentan las reacciones alérgicas, el cáncer y los defectos congénitos.

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La contaminación dentro de los hogares ha aumentado considerablemente a medida que han ido cambiando los materiales y los métodos de construcción, y se ha incrementado el uso de productos de limpieza y cosméticos. Entre los que más contaminan se cuentan los aerosoles, los calentadores o estufas de petróleo o querosén que no tienen un buen sistema de ventilación, e incluso las emanaciones que se desprenden de la ropa que ha sido lavada en seco.

El problema se agrava en las ciudades modernas porque las casas están sólidamente construidas y bien aisladas. En algunas entra tan poco aire fresco y es tan difícil que salga el aire viciado que la concentración de los contaminantes en el interior llega a niveles peligrosos para la salud.

¿Qué trabajos significan un mayor riesgo de enfermedades pulmonares?

Desde el comienzo de la civilización han existido trabajos que implican un mayor riesgo de enfermedades pulmonares. Entre la gente que trabaja, año tras año, en minas, fábricas y talleres que producen mucho polvo y, por lo tanto, están continuamente inhalando sustancias nocivas, es inevitable que se presenten muchos más casos de afecciones pulmonares que van, desde simples molestias, hasta diversos grados de incapacidad e incluso la muerte.

Hay tres tipos fundamentales de agentes que causan enfermedades laborales de los pulmones: partículas orgánicas como mohos, proteínas animales y productos vegetales; partículas inorgánicas que incluyen fragmentos de metales pesados; y sustancias químicas dispersas en el aire. Se ha visto que los fumadores expuestos a estos agentes corren mayor riesgo de contraer una enfermedad de este tipo que el resto de los trabajadores.

Algunas de las enfermedades del aparato respiratorio desencadenadas por partículas orgánicas son el pulmón de granjero, frecuente entre los campesinos que manejan paja y granos en los que se desarrollan mohos; la bisinosis, que afecta a los que hilan el algodón y otras fibras vegetales; y la enfermedad del sembrador de hongos o alveolitis alérgica, causada por las esporas de los champiñones.

Entre las enfermedades laborales debidas a la inhalación de partículas inorgánicas se encuentran la silicosis, producida por el polvo de las piedras y las rocas, la arena, el cuarzo y el sílice; la neumoconiosis de los mineros, provocada por el polvo del carbón; y la beriliosis, originada por el berilio que se usa para hacer lámparas fluorescentes.

En este grupo también está comprendida la asbestosis, causada por el fino polvo que se desprende del asbesto al procesarlo. Las partículas de asbesto, delgadas como agujas, obstruyen las vías respiratorias y laceran los pulmones, lo que hace difícil la respiración y disminuye la capacidad de absorber oxígeno y eliminar bióxido de carbono. Además de los trabajadores del asbesto, a esta enfermedad están expuestos los que viven en casas construidas con este tipo de materiales.

Entre los productos químicos que pueden causar enfermedades pulmonares se incluyen los solventes usados para hacer pinturas y los plaguicidas. Si usted está expuesto a este tipo de enfermedades, consulte con el médico. Si no puede mejorar sus condiciones de trabajo, sería recomendable cambiar de empleo.

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