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Cómo construyeron los atenienses el Partenón en solo 15 años

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Fue construido para simbolizar el poder de la ciudad.

Cómo construyeron los atenienses el Partenón en solo 15 años

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La piel de marfil de la diosa brillaba débilmente en la penumbra del templo. Su majestuosa figura, obra maestra del escultor griego Fidias, se elevaba a 10 metros de altura. El santuario de Atenea, patrona de Atenas y diosa de la sabiduría y de las artes, se construyó en el corazón del Partenón, el gran templo ateniense.

El santuario constaba de dos cámaras: una para depositar las ofrendas y otra donde se hallaba la estatua de la diosa. Era un santuario construido en honor de Atenea Parthenos («la Virgen»), diosa que dio su nombre al conjunto. La construcción de este templo como acto de agradecimiento a Atenea comenzó tras la Batalla de Maratón, en el año 490 a.C, cuando los griegos obtuvieron una inesperada victoria sobre los invasores persas. La plataforma ya había sido construida cuando se produjo el segundo ataque de los persas, que arrasaron el templo. Las obras se reanudaron en el 447 a.C.

El templo había sido concebido por Pericles, que gobernó Atenas entre los años 443 y 429, para simbolizar el poder de la ciudad. Pero el hecho de que la construcción se erigiese en la cima de la Acrópolis, la colina que domina la ciudad de Atenas, se convirtió en motivo de escándalo. Tallado con roca de las montañas. El templo se construyó casi completamente con mármol blanco; solo las puertas y los techos eran de madera. Para ello se emplearon cerca de 22.000 toneladas de piedra extraída de las canteras del Monte Pentelicón.

Los canteros remataban los bloques -previamente cortados- para su instalación final. Trabajaban con cinceles de hierro, sierras, taladros, compases, escuadras y plomadas. Puesto que no se usaba argamasa, las superficies de los bloques debían estar perfectamente pulidas, a fin de que estos encajasen correctamente. Se pulía solo la cara externa de la piedra que se unía con la pieza contigua, rebajando ligeramente la superficie de la cara interna para evitar el contacto con el bloque adyacente. Los bloques se unían con abrazaderas de hierro.

Primero se construyó una gran base plana elevada sobre tres escalones, que medía 69 x 31 m en su parte superior. A continuación se erigió la columnata alrededor de la base: 8 columnas en la fachada anterior y posterior y 17 en ambos lados. En el centro se edificó el templo, con seis columnas delante y seis detrás.

Escenas bélicas

Antes de añadir el tejado se instalaron sobre la columnata 92 paneles tallados con descripciones de asedios y escenas guerreras de la mitología griega. Cada panel medía 1,3 m de lado. El tejado era de madera y estaba cubierto de tejas de mármol blanco talladas a mano y procedentes de la isla de Paros. Alrededor del año 432 a. C. concluyó la construcción del templo, que permaneció inalterado por espacio de 700 años. Su estado actual es más bien resultado de las guerras que del deterioro de los materiales.

En el siglo V la estatua de Atenea fue trasladada a Constantinopla y en el siglo VII el templo se convirtió en iglesia cristiana, durante el período bizantino. En 1460 fue transformado en mezquita por los turcos otomanos. En 1687 los turcos, asediados por un ejército veneciano, lo usaron como almacén de munición. Las granadas venecianas hicieron estallar un arsenal de pólvora que destruyó los muros y las columnas.

Montaña de roca

El mármol del Partenón se extrajo de las canteras del Monte Pentelicón, a 16 km de Atenas. Los trabajadores extraían la piedra con mazos y cinceles. En la cantera, los obreros tallaban y pulían los bloques de piedra. Poco a poco, la piedra era transportada por el terraplén sobre un trineo de madera. Las cuerdas que aseguraban la piedra y el trineo estaban sujetas a unos barrotes introducidos en los agujeros que flanqueaban la rampa. Los obreros arrastraban los bloques montaña arriba hasta la cima de una rampa, tirando de cuerdas atadas a gigantescos tornos. Una vez en la base de la montaña, la roca se trasladaba del trineo a rodillos de madera para cargarla en un carro que esperaba bajo una rampa. Los trabajadores desmontaban el trineo para llevarlo de nuevo hasta la cantera.

Curvas engañosas

El Partenón parece perfectamente simétrico a pesar de que apenas hay líneas horizontales o verticales en el edificio. Las columnas están ligeramente inclinadas hacia adentro y se ensanchan ligeramente en la parte superior. Esto refuerza la ilusión de fuerza y belleza, ya que las líneas rectas, por el contrario, parecen inclinarse hacia adentro. Es este un ardid similar al empleado en el zigurat de Ur.

Los operarios cubrieron de oro puro la túnica de mármol de la diosa Atenea, en cuyo honor se construyó el templo. Para ello se usó casi una tonelada de oro, y solo la estatua costó dos veces más que el resto del Partenón.

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