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Arrecifes, variedad y riqueza

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Los arrecifes varían mucho en estructura y complejidad. El tipo más sencillo es el costero que se extiende como una plataforma sumergida. 

¿Son iguales todos los arrecifes?

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Los arrecifes varían enormemente en estructura y complejidad. El tipo más sencillo es el arrecife costero que crece frente al litoral y se extiende como una plataforma sumergida. Los arrecifes de barrera siguen también la línea de la costa, pero están más separados de ella; el ejemplo mejor y más amplio es el arrecife de la Gran Barrera, frente a la costa noreste de Australia.

Cuando el arrecife forma un anillo más o menos circular que rodea una laguna, se llama atolón; los atolones son islas de escasa altura comunes en el Océano Índico y en el Pacífico Sur. Los científicos creen que el atolón comienza a formarse cuando los arrecifes envuelven la base de una isla volcánica. Con el tiempo, el volcán se hunde y deja una laguna central pero el arrecife permanece como un anillo circundante dando lugar a una isla.

¿Qué animales viven en los arrecifes?

Por la diversidad de formas y colores de la fauna que alberga, pocos hábitat pueden competir con un arrecife tropical. Excepto los mamíferos y los insectos, allí están representados casi todos los grupos importantes de animales. Las langostas espinosas y los tímidos pulpos encuentran refugio en las oquedades de la roca coralina, y los gusanos tubícolas extienden sus coronas de tentáculos que parecen flores desde los coriáceos tallos que envuelven su cuerpo. Los erizos de mar, con largas espinas aguzadas y los caracoles de conchas brillantemente dibujadas se deslizan por el arrecife, y sobre él crecen esponjas de muchos colores incrustadas en el coral o formando masas ramificadas o redondeadas. En los arrecifes indopacíficos se encuentran las gigantescas tridacnas de conchas acanaladas. Las tortugas marinas haraganean en el agua o descansan en el coral, y entre los arrecifes abundan las serpientes de mar venenosas.

Los peces presentan una variedad de formas, tamaños y colores incomparable. Entre los corales pueden verse desde los enormes tiburones solitarios que circulan en busca de víctimas, hasta densos cardúmenes de peces damisela. Los grandes meros hacen amistad con los buceadores, mientras que las morenas, capaces de infligir graves mordeduras, acechan en sus agujeros o los peces loro de fuertes dientes mordisquean el arrecife. Aunque muchas especies son tan llamativas como el atuendo de un actor circense, sus colores o dibujos no están destinados a llamar la atención: los lunares de un bacalao del Pacífico o las franjas de un pez ángel contribuyen a quebrar la silueta del animal y a hacerlo casi invisible contra el fondo del coral.

Otros animales menos llamativos utilizan diversos mecanismos defensivos: cuando un pez globo se ve amenazado, se infla como una pelota, y el pez ballesta utiliza su aleta dorsal para introducirse tan apretadamente en las grietas que resulta muy difícil extraerlo. Los peces piedra, que parecen trozos de coral incrustados de fragmentos de desecho, son capaces de matar a los que pisan sus venenosas espinas.

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