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Preste atención a su audición y evite su pérdida temprana

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Conozca algunas de las novedades más efectivas para evitar la pérdida de la audición. Las soluciones hoy no solo lo ayudarán a tener de nuevo conversaciones fácilmente, sino que reducen sus posibilidades de sufrir una caída, tener depresión y mucho más.

“¡Te escucho a través de mis audífonos!”, ríe Lynne Kingston mientras me cuenta entusiasmada por teléfono las maravillas de los pequeños dispositivos que han cambiado su vida. Lynne, británica de 57 años, se fue dando cuenta del deterioro de su audición durante al menos 15 años, desde los 40 y pocos. Pedía constantemente a la gente que repitiera lo que decía. Los restaurantes ruidosos, las fiestas y el teléfono eran una pesadilla para ella, que dirige un negocio de alquiler de alojamientos para estudiantes. “Realizo la mayor parte de mi trabajo por teléfono”, afirma. “Tenía que ponerlo en manos libres, lo que significaba que todos los demás podían escuchar la conversación.”  

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Hace unos diez años consultó a un especialista en audición y probó audífonos básicos, pero pronto tiró la toalla, porque amplificaban todos los sonidos a su alrededor, y sin embargo seguía sin poder escuchar lo que necesitaba. “No quería aceptarlo”, afirma. “Pensaba, no estoy tan sorda.” 

Pero lo estaba. Finalmente, la presión de sus hijos y de un amigo que llevaba audífonos le hizo reflexionar de nuevo, al igual que la compra de su hijo e hija de modernos auriculares inalámbricos Bluetooth para Navidad. “Si la gente puede llevar eso saliendo de sus oídos, ¿por qué debería preocuparme por usar audífonos?”

En el verano de 2020, hizo algunas averiguaciones y se quedó sorprendida con los avances de la tecnología auditiva. Acudió a un audiólogo para comprobar las diferentes ayudas disponibles, y eligió un modelo Resound One, del fabricante danés GN, una opción ampliamente disponible. Con tres micrófonos (dos en una pequeña unidad que se coloca detrás de la oreja y otro dentro). Ofrecen una calidad de sonido más natural y filtran el ruido de fondo no deseado. “Tengo una aplicación en el teléfono y, dependiendo del entorno en el que me encuentre, puedo ajustar el sonido”, afirma.

Cuando se puso los audífonos, se dio cuenta de lo mucho que se había perdido. “Pensaba, ¿qué es ese ruido?”, recuerda. “¡Eran mis chanclas!” 

Puede por fin comunicarse con normalidad por teléfono y cara a cara. Puede seguir bien el sonido de la televisión así como conversaciones telefónicas a través de sus audífonos. Son cómodos y discretos, y como resultado ha ganado en autoestima.

Lynne Kingston es una de los tantos millones de personas en el mundo que padecen pérdida auditiva discapacitante. Estas personas luchan constantemente para poder mantener una conversación normal. Sin embargo, a diferencia de Kingston, a dos tercios no se les ha corregido su audición; por ejemplo, Hear-It, una organización con sede en Bruselas dedicada a sensibilizar sobre el tema, estima que cuesta en la Unión Europea unos 55.000 millones de euros al año en pérdida de productividad. Una encuesta realizada en 2020 por tres organizaciones europeas de audición reveló que algo más de la mitad de los mayores de 65 años admiten tener problemas de audición. 

Alrededor del 90 por ciento de la pérdida auditiva se debe al desgaste del oído interno, a veces tan pronto como a los 40 años, y un 40 por ciento entre los mayores de 50 años padecen algún nivel de pérdida auditiva. Cuando las vibraciones llegan a través del oído, diminutas células similares al vello (células ciliadas) las convierten en señales eléctricas que se envían al cerebro a través del nervio auditivo, que luego interpreta el sonido. Una vez muertas, estas células no se renuevan por sí mismas. 

Después de la pérdida auditiva relacionada con la edad, la siguiente causa más importante es la exposición a largo plazo a ruido excesivo, que puede comenzar en la adolescencia. Trabajar en fábricas o con armas de fuego puede dañar la audición, igual que escuchar música alta a través de auriculares o en directo. 

Los virus también pueden ser un factor importante. Kingston cree que haber sufrido sarampión a los veintitantos años pudo ser la causa de su pérdida auditiva. También se cree que algunas afecciones médicas, como la diabetes tipo 2, las enfermedades cardíacas y la presión arterial alta, aumentan las probabilidades de perder audición. Otros factores de riesgo incluyen antecedentes familiares, lesiones cerebrales, el tabaco y algunos medicamentos, incluyendo el antibiótico gentamicina y algunos medicamentos de quimioterapia. 

La pérdida de la audición, un problema grave

Los efectos van mucho más allá de la pérdida de conversaciones. La pérdida auditiva tiene un profundo impacto en la salud mental. “El oído es nuestro principal sentido de comunicación y perderlo conduce al aislamiento social”, afirma el médico Birger Kollmeier, de la Universidad de Oldenburg, en Alemania. Es presidente de la Federación Europea de Sociedades de Audiología y director del grupo de investigación alemán Hearing4All, un grupo de expertos de tres universidades alemanas. Los investigadores han descubierto que un problema auditivo duplica el riesgo de depresión. 

Además, la hipoacusia contribuye a la probabilidad de desarrollar demencia hasta en un ocho por ciento, y es el factor de riesgo modificable más alto, según un estudio de Lancet sobre demencia en 2020. Cuando no oyes bien, “el cerebro no se estimula lo suficiente”, afirma el doctor Paul Van de Heyning, del Hospital Universitario de Amberes. 

Hay claras evidencias de que los audífonos pueden protegernos contra la demencia. Un estudio realizado en 2018 entre casi 4.000 personas durante 25 años por la organización francesa de investigación sanitaria Inserm demostró que los problemas auditivos sin corregir conducían a un mayor riesgo de discapacidad y demencia, mientras que las personas que usaban audífonos tenían la misma posibilidad de mantenerse independientes que las personas con audición normal. Además, según los datos de la reciente investigación longitudinal online de PROTECT, investigadores de la Universidad de Exeter y del King’s College de Londres (Reino Unido), creen que los audífonos pueden reducir el riesgo de deterioro cognitivo hasta cinco años.

Sorprendentemente, puede que la pérdida de audición repercuta también en la salud física. Incluso una pérdida leve puede llevar a un riesgo tres veces mayor de caídas, fatal para las personas mayores. 

¿Cómo beneficia la tecnología a las personas con poca audición? 

La tecnología en audífonos puede ser de gran ayuda. “La calidad ha mejorado enormemente en los últimos 20 años”, dice la audióloga Francesca Oliver, del Real Instituto Nacional para Personas Sordas (RNID), organización benéfica de Reino Unido. “Se puede programar”. Un algoritmo determina cuánta amplificación se necesita a diferentes frecuencias.

Pero uno de los avances más fascinantes es la capacidad de conectar los audífonos a su smartphone por Bluetooth. Al utilizar el teléfono como un mando a distancia, puede ajustar el volumen y cambiar entre distintas modalidades, como la configuración de restaurantes, reuniones o música en directo. Antes, los audífonos no tenían conectividad con smartphones, por lo que se tenía que subir físicamente el volumen del dispositivo.

Y aún más, toda esta increíble tecnología está contenida a menudo en dispositivos mucho más pequeños. El Lyric, ampliamente disponible, se puede llevar dentro del canal auditivo durante varios meses seguidos. “Uno no lo nota, y puede dormir y ducharse con él”, dice el audiólogo Paul Checkley, director clínico de Harley Street Hearing, en Londres. “Es como una lente de contacto para el oído.” 

La mayor parte de la pérdida auditiva es bilateral, y en esos casos, es mejor llevar dos dispositivos retroauriculares, como el que Kingston compró. Existe una interacción inalámbrica entre ellos, lo que proporciona al usuario una mejor idea de dónde viene el sonido para replicar lo que hacen nuestros propios oídos. Lo próximo en llegar, en opinión de Checkley, serán los “audibles.” Algunos fabricantes están poniendo la tecnología auditiva en tapones para los oídos inteligentes”, explica. Estos microordenadores, similares a auriculares para escuchar música, utilizan tecnología inalámbrica, lo que permite que sus datos auditivos personales sean introducidos para mejorar su audición. 

Con los audífonos, cuanto antes se los ponga, mejor. “Las investigaciones revelan que la mayoría esperan unos diez años antes de buscar ayuda”, afirma Francesca Oliver, de RNID. No es solo el estigma asociado con la sordera; es también porque la pérdida de audición es gradual y a menudo no es consciente. La pérdida de audición relacionada con la edad afecta primero a las frecuencias más altas, lo que significa que se pueden oír vocales pero se pierden las consonantes”, afirma Checkley. “Puede engañarse pensando que su audición es normal.”  

Pero no espere a no poder oír nada. “El cerebro tiende a olvidar sus capacidades auditivas centrales si no están activadas correctamente”, dice Kollmeier. Obviar el problema significa que tardarás más en acostumbrarte a los audífonos. 

Implantes cocleares

Cuando los audífonos no son suficiente, hay una solución quirúrgica que puede revolucionar vidas. Los implantes cocleares pueden permitir una mejor percepción del habla en hasta el 98 por ciento de las personas que, incluso cuando usan ayudas, no pueden tener una conversación normal, según Van de Heyning, del Hospital Universitario de Amberes. 

“El 80 por ciento de las personas que reciben un implante coclear puede volver a hacer una llamada telefónica”, afirma. Y para las personas que tienen la mala suerte de padecer además acúfenos, afirma que los ruidos en la cabeza se pueden reducir entre un 50 y un 80 por ciento al accionar el implante. 

Un implante coclear tiene una parte detrás de la oreja y otra se implanta quirúrgicamente bajo la piel del cuero cabelludo con un alambre que conduce a través del oído los electrodos hasta la cóclea, la parte del oído interno que facilita la audición. Un micrófono externo en el oído o cerca de él recoge los sonidos, que se analizan mediante un chip y se envían como código a los electrodos implantados. Estos envían corrientes al nervio auditivo. “Sustituye la labor de las células ciliadas”, afirma Van de Heyning, aclarando que no es necesario realizar ninguna cirugía cerebral. 

De hecho, el riesgo de complicaciones y la tasa de fracaso son bajos. Los implantes son adecuados para personas cuya pérdida auditiva es causada por problemas del oído interno (la gran mayoría) y la edad no es un problema. “La única barrera es la demencia severa”, dice Van de Heyning. Estos pacientes no tienen la agudeza cognitiva necesaria para interpretar los sonidos inicialmente desconocidos que escuchan. 

Sin embargo, la concienciación sigue siendo baja. En los países de renta alta, menos del 10 por ciento de las personas cuyas vidas podrían mejorar con un implante coclear, se lo ponen. Van de Heyning dice que incluso los otorrinolaringólogos a menudo parecen no ser conscientes de las ventajas. “Sigue predominando la idea de que tienes que estar completamente sordo para obtener un beneficio.” Y no es así. 

El francés Jacques Verdire, de 88 años, es la prueba de que los implantes cocleares pueden recuperar la audición incluso de personas mayores. Después de años de infecciones de oído, este bibliotecario jubilado se quedó completamente sordo del oído izquierdo. Cuando el otorrinolaringólogo le sugirió un implante coclear, dudó. “Pero mi hija, enfermera, me convenció”, dice Verdire. En 2016 le pusieron un implante coclear, seguido de un segundo al año siguiente cuando perdió la audición en el otro oído. 

Aunque Verdire tuvo que hacer rehabilitación para reentrenar su cerebro, no necesitó ayuda después del segundo implante. “Podía oír perfectamente. Fue maravilloso.”

La pérdida de audición en el oído interno siempre se ha considerado irreversible, pero la ciencia puede estar a punto de descartar esa idea. Un nuevo medicamento, que está siendo probado en Grecia, Reino Unido, y Alemania, “tiene como objetivo regenerar las células ciliadas del oído interno que se pierden a medida que progresa la pérdida auditiva”, afirma la doctora Anne G.M. Schilder, otorrinolaringóloga e investigadora de audición, del Centro de Investigación Biomédica de los Hospitales Universitarios de Londres, donde se realizó la investigación.

La doctora Schilder lidera un ensayo financiado por la UE, llamado REGAIN. En personas con pérdida auditiva leve a moderada, un otorrinolaringólogo inyecta la medicación, un inhibidor de la gamma secretasa, en el oído medio, desde donde se difunde hacia el oído interno para producir nuevas células ciliadas. Schilder cree que este y otros innovadores tratamientos capaces de revertir la pérdida auditiva podrían estar disponibles dentro de cinco o diez años.

Es importante prevenir en lo posible el daño a esas células ciliadas esenciales. “Hay tapones para los oídos de muy buena calidad y a un precio razonable que puedes comprar y que filtran los sonidos dañinos”, afirma Francesca Oliver. Al escuchar música, intente utilizar auriculares con anulación de ruido, no suba el volumen demasiado y no los use demasiado tiempo. Tómese un descanso de al menos cinco minutos cada hora y, si está en un concierto, cada 15 minutos. Deberíamos hacernos pruebas de audición regulares, igual que la vista. 

¿Por qué sufrir en silencio? Aunque es posible que tenga que pagar parte o la totalidad del costo de los audífonos de última generación, Lynne Kingston piensa que vale la pena. “Me han hecho sentirme mejor”, dice. “Es una inversión en mí misma.” 

Conozca algunas pistas de la pérdida auditiva

  • El volumen de la televisión es mayor al que necesitan los demás. 
  • Pide a la gente que repita lo que ha dicho. 
  • La gente parece estar murmurando, y no oye bien lo que dice.
  • Es difícil mantener una conversación en restaurantes, bares o en fiestas. 
  • Es difícil oír por teléfono.
  • Se siente cansado o estresado por tener que concentrarte al escuchar.
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