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Berta Rojas: una auténtica campeona de la vida

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Berta Rojas, popular artista paraguaya y un ejemplo de lucha, cuenta cómo enfrentó y superó al cáncer de mama.

Ganó la pelea más difícil de su vida, cantó su mejor canción. A Berta Rojas, guitarrista clásica y célebre concertista paraguaya, le diagnosticaron cáncer de mama antes de una gira en 2015 pero nunca se dio por vencida, salió adelante y hoy en día se encuentra feliz de poder volver a los escenarios. Si bien tuvo miedo, ya que fue el momento más complicado que experimentó, señala que el cáncer es como “un monstruo al que hay que darle pelea” y que “la fe fue su mayor refugio”

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Y, además, aconseja desde su experiencia a otras mujeres para que afronten esta enfermedad. Berta Rojas cuenta con una trayectoria más que significativa, y con presentaciones en grandes escenarios alrededor de todo el mundo, como Nueva York, Washington D.C., Barcelona, entre otros. Además de múltiples escenarios latinoamericanos. Su último disco “Felicidade”, posee una gran influencia de la música brasileña. “Quería mostrar la alegría de la gente de ese país”.

¿En qué momento de su vida, recibe el diagnóstico del cáncer de mama, y cómo afectó su forma de vivir a partir de ese momento?

Recibo la noticia cuando estaba terminando de grabar mi disco “Historia del Tango”, un proyecto que llevó muchísimo esfuerzo, creativo y físico. Estaba en los Estados Unidos, saliendo de gira a Canadá cuando sentí que había algo que no estaba bien, y a partir de allí, se desencadenó todo. 

¿Acostumbraba a realizarse los controles anuales?

Sí, excepto esta vez, en la que demoré un año y medio en hacerlo.

¿Qué le diría a esa mujer a la que acaban de diagnosticarle cáncer de mama y que se pregunta ‘por qué a mí’ y siente impotencia, ansiedad, desesperación y miedo ante la palabra muerte?

Creo que a los monstruos hay que mirarlos de frente. El cáncer es eso, uno que acecha, quiere devorarnos. Tenemos que mirarlo a los ojos y decirle que no es su tiempo sino el nuestro, y que vamos a darle pelea; esta fue la alternativa que elegí. No puedo decirle a nadie qué hacer en una situación similar, solo puedo compartir mi experiencia esperando que, a alguien, quizá, pueda servirle.

La fe fue para mí un refugio muy importante, y mi agradecimiento eterno a mis amigas que hicieron un grupo para ocuparse de todo, para que yo solo tuviera que hacerme estudios, ir a la cirugía lo más confiada y tranquila que se pudiera, y enfrentar todo el tratamiento con la certeza de que nunca estaría sola. Nunca podré terminar de agradecerles por esto.

 Conociendo a Berta Rojas

Oriunda de Asunción, Paraguay, Berta Rojas es una guitarrista clásica que ha sido nominada tres veces a los premios Grammy Latinos. Berta fue profesora de guitarra durante muchos años. Desde 2002 hasta 2007 en Levine School Music y desde 2007 hasta 2012 en la Universidad George Washington.

La admiración por Berta Rojas se extiende más allá de las fronteras musicales. Un tesoro nacional en su tierra natal, formó parte de un selecto grupo de mujeres del país elegidas, nada menos que para conocer al papa. También fue reconocida por el senado paraguayo como “Embajadora del arte musical”.

Enterarse de que padece cáncer, ¿significa abandonar los sueños de su vida?


¡Todo lo contrario! Significa que tus sueños tienen otra significación. Hoy ya sabemos que la vida no es eterna, que se puede ir, llevándose nuestros sueños en el momento menos pensado. Quizá por eso creo que debemos permitirnos soñar, y trabajar aun con más ahínco en cumplir nuestros anhelos. Nos debemos eso, mientras tenemos salud y vida para hacerlo.

“Fuerza Campeona de la vida…”  no tengo palabras para agradecer el haber escuchado esta frase tantas veces en este tiempo.

Le escuchamos decir: “Vivir la belleza desde la enfermedad”. ¿Qué quiso decir con esa hermosa frase? Es que la victoria que significa la salud, tiene demasiada belleza.


Para mí, la calvicie que adornó mi cabeza por varios meses, fue el símbolo de la victoria sobre la enfermedad. Por eso, no me sentía cómoda usando una peluca, y fui buscando vivir mi calvicie y el proceso de que mi pelo creciera nuevamente, con la mayor naturalidad posible. No quise ocultar lo que me pasaba sino todo lo contrario, hacerlo visible para darle fuerzas a tantas mujeres que, como yo, están pasando por esta dura prueba de la vida.

En ocasiones los médicos y enfermeras parecen acostumbrados a tratar el tema sobre el cáncer, y dan la impresión de haber perdido la sensibilidad. ¿Qué les diría a estos profesionales?

Yo creo que los médicos y el personal hospitalario están muy expuestos diariamente al dolor de la enfermedad. Es natural que necesiten establecer una distancia con los pacientes para poder tener vida propia. Comprendo eso y creo que es sano que así sea.

Lo que también creo es que, tanto para el médico ponerse en la piel del paciente que sufre, como para el paciente, ponerse en la piel del médico que lo atiende, es un ejercicio que deberíamos hacer ambas partes. No perder la humanidad en el proceso y apoyarnos de ambos lados, porque nos necesitamos. Pero nos necesitamos bien, enteros, y listos para ser un equipo vencedor en esta prueba de la vida.

¿Por qué eligió hacerse el tratamiento en Paraguay

Porque aquí están mi familia y mis amigos. Ese sostén afectivo era vital para mí en aquel momento. Construí un equipo de profesionales que me apoyó, y me sentí en Paraguay muy sostenida por lo mejor de la medicina paraguaya, quienes me dedicaron sus mejores esfuerzos.

A ello, le sumé la tranquilidad de la interconsulta con médicos en la Argentina, Brasil y los Estados Unidos que iban confirmando el protocolo a seguir y le dieron un apoyo importante a mi cirujano, en cuanto a la delicada cirugía que envolvía el riesgo de perder la habilidad en una de mis manos. Luego de una vida dedicada a una labor de tanta precisión, como es tocar, por ejemplo, “Las Abejas” o “La Catedral” a la velocidad del rayo, cualquier mínimo accidente podría haberme costado la pérdida de esta habilidad en la que trabajé toda mi vida para desarrollarla y mejorarla.

Fueron momentos difíciles los previos, pero estoy muy agradecida por los consejos recibidos, y por la paciencia con la que respondieron mis médicos a cada una de mis mil consultas. En este sentido, debo agregar algo muy importante: el amor de la gente que me rodeó, aún sin conocerme.

En todos lados he recibido una palmada en la espalda y una frase que hasta hoy me conmueve, y que es cuando la gente te ve pasar y te dice: “Fuerza Campeona de la vida…”. Esa frase hasta hoy, es demasiado fuerte para recibirla y no tengo palabras para agradecer el haberla escuchado tantas veces en este tiempo. Las oraciones de la gente hicieron un círculo de afecto alrededor de mí. No tengo palabras para agradecerles por esto.

“Es un gravísimo error esperar. Este monstruo cuando es pequeño.  Cuando lo dejamos crecer, la batalla se hace más y más difícil”.

¿Qué le dice a esa mujer que está postergando su turno de mamografía porque siempre encuentra algo que hacer o piensa que no tiene tiempo y que es un estudio que puede esperar?

Es un gravísimo error esperar. Este monstruo cuando es pequeño, es controlable. Cuando lo dejamos crecer, la batalla se hace más y más difícil. No debemos tomar ese riesgo. Si nos dejamos estar, puede ser muy tarde.

Hoy ya con un camino recorrido y una palpitada victoria ante la enfermedad, ¿qué cambió? ¿qué se fortaleció? ¿qué permaneció? y ¿qué nació?

Se fortaleció mi amor por la música y mi deseo de disfrutar de la guitarra cada día, porque ahora sé que esto no es eterno. Hoy, tocar la guitarra implica para mí un enorme “gracias a la vida” por la oportunidad de poder hacer esto que tanto amo. Eso permanece y se ha acrecentado.

Lo que ha nacido ha sido un enorme deseo de disfrutar la vida, de tener más tiempo para mí misma, para mi vida personal, para disfrutar de los colores de la naturaleza, para disfrutar del amor en sus formas más diversas. Eso no es que no lo tuviera antes, solo que el trabajo ocupaba la mayor parte de mi día. Hoy no me siento culpable de tomarme el tiempo para ser feliz.

Berta Rojas hoy en día


La artista Berta Rojas está hoy inmersa de lleno en la música de Brasil con su nuevo disco “Felicidade”. En este trabajo, Rojas y la Orquesta Sinfónica Nacional del Paraguay se unen a tres legendarios contribuyentes a la rica historia de la música brasileña: Gilberto Gil, Toquinho e Ivan Lins. “Quería mostrar la cálida alegría de la gente, transmitida a través de la música. Encontramos la exuberancia del carnaval, las influencias africanas se sienten en los ritmos pujantes, pero también una exuberancia lírica y armónica”, expresa Rojas.

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